Facilitando la geolocalización
Ahora, una unidad de seguimiento puede rastrear el entorno de radio local para determinar su ubicación y transmitir datos directamente a un satélite que gira alrededor del mundo en órbita terrestre baja. Múltiples operadores están lanzando redes satelitales que admiten dispositivos LoRa que usan la banda S, y el último firmware en el chip que admite los nuevos protocolos permite que estos rastreadores se conecten directamente a esos satélites en cualquier parte del mundo.
Esto puede simplificar drásticamente el despliegue de la plataforma de geolocalización en el borde de la red.
Un diseño de rastreador único se puede utilizar en todo el mundo, lo que simplifica el almacenamiento y la gestión de la red. La incorporación automática a la red es clave cuando puede haber cientos de miles de rastreadores utilizados en toda la cadena de suministro. El rastreador envía los datos básicos a la nube, que realiza los cálculos de datos. Esto garantiza que el rastreador utilice la energía mínima para proporcionar la mayor duración posible de la batería y un enfoque de «ajustar y olvidar» y ofrece las ubicaciones del rastreador en un panel de visualización accesible desde cualquier parte del mundo.
Agregar la capacidad de 2 GHz y 2,4 GHz amplía las oportunidades de IoT
La banda sub-GHz actual en Europa limita el tiempo disponible para enviar datos a fin de evitar que un usuario domine la banda. Agregar la capacidad de 2,4 GHz proporciona un mayor ancho de banda para diferentes tipos de datos del sensor, aunque con un rango más corto que el que ofrecen las versiones sub-GHz de 868 MHz y 915 MHz y 920 MHz. Las puertas de enlace multibanda ahora admitirán sub-GHz para conexiones a distancias de muchos kilómetros, así como enlaces de 2,4 GHz para un mayor ancho de banda y entornos congestionados.
El mismo protocolo, que permite la conexión a satélites, también se puede utilizar en la concurrida banda de 2,4 GHz. Con las redes Wi-Fi, Bluetooth, Zigbee y Matter compitiendo por el acceso, los sensores de baja potencia pueden tener dificultades para ser escuchados. Las capacidades de LoRa de 2,4 GHz proporcionan velocidades de datos de hasta 100 kbit/s con un rango de 200 a 300 m en entornos complejos y densos para entregar datos de sensores de manera fiable. Esto permite que los sensores controlen continuamente el estado de la maquinaria, programen el mantenimiento de forma predictiva y reduzcan el tiempo de inactividad no programado.