En este artículo técnico escrito por Sven Etzold, Senior Director Business Marketing, u-blox se explica ampliamente como la digitalización del sector alimentario, desde la agricultura al procesado y al retail, ya está dando frutos.
Estos son algunos datos sobre la alimentación que nos hacen pensar: tres cuartas partes de la comida mundial procede de doce semillas y cinco especies animales. Aunque se cultiva suficiente comida para alimentar a diez mil millones de personas, uno de cada nueve habitantes del mundo está desnutrido. Y, probablemente por primera vez en la historia, muere más gente a consecuencia de una mala dieta que de hambre. Ahora “digiera” esto durante un minuto.
La industria alimentaria global es un sector complejo y en expansión que mueve muchos trillones de euros. Desde las granjas, los pastos y las plantaciones, las lonjas de pescado, los invernaderos y los mataderos a las tiendas y los supermercados, planta, cosecha y procesa ingredientes y los transporta, envasa y distribuye en una red que abarca los cinco continentes.
Hoy en día, la tecnología digital tiene su protagonismo en cada paso de este viaje. Dicho esto, si los datos son el mayor impulsor de la digitalización industrial, las tecnologías usadas para recoger, transmitir, almacenar y procesar esa información se convierten en la principal ayuda.
La digitalización siempre tiene que ver con la adquisición de datos, mediante el análisis en el borde (edge) o en la nube (cloud), y su aprovechamiento para optimizar el desarrollo. El aumento en la calidad de los datos y las tecnologías de recopilación, transferencia y análisis se suele traducir en procesos mejorados o aplicaciones completamente nuevas.
Hace unos pocos años era difícil pensar que podríamos recoger los frutos de un sector alimentario totalmente digitalizado, pero ahí están en abundancia: el incremento de la productividad agrícola con un menor coste ambiental, una cadena de suministro más transparente con la consecuente mayor seguridad alimentaria y la reducción del fraude.
También ofrece un empaquetado más inteligente para agilizar la logística, fechas de caducidad más largas y reducción de residuos, así como nuevos sistemas de distribución para incrementar la conveniencia.
El Internet of Food resultante puede proporcionar los instrumentos necesarios para alimentar a toda la población mundial, que se espera que alcance los diez mil millones de habitantes en 2050.